Tigre igualó con Bolívar y dejó escapar una gran posibilidad de tener mayores chances de, al menos, seguir en la sudamericana. Jugó un flojo partido, fue superado en parte del partido, pero lo pudo ganar con un penal, en el final del partido que no pudo convertir Pablo Magnin (autor del gol del Matador y figura del equipo).

A pesar de la goleada recibida en Paraguay, habían quedado buenas sensaciones que generaron expectativas. Sin embargo, y a pesar de empezar ganando, el resultado final, el rendimiento y la imagen colectiva e individual; la noche del Dellagiovana, dejó un sinsabor.

El equipo de Gorosito arrancó bien. Gran jugada individual de Cavallaro y salvada del arquero rival. Gran remate de Giacopuzzi, rebote y el gol de Magnin. A partir de allí el rival fue emparejando y de a poco fue tomando un protagonismo que lo hizo merecedor del empate. Una pena que la igualdad no haya llegado por sus méritos (2 pelotas en los palos) y si por un booper de Marinelli, quién tuvo buenas intervenciones, pero con un grosero error le regalo el gol a Riquelme.

Algo igual le sucedió a la figura del equipo. Magnin hizo el gol, tuvo dos grandes intervenciones que hicieron lucir al arquero y finalmente desperdicio el penal en el final del partido.

Bajo ningún concepto se puede hacer un análisis final de los rendimientos individuales en el contexto en el que llegó Tigre. Pero si de sensaciones hablamos… hoy las mismas son malas… No se ganó y la imagen decayó

La semana que viene, llega Guaraní y la idea es seguir tomando ritmo, a la espera de definiciones sobre las fechas y formas de disputa de la Primera Nacional, el verdadero objetivo.