El Matador se impuso por 3 a 1 y sigue cerca de Atlético Rafaela. Ganó merecidamente sin grandes lucimientos, pero con una gran contundencia a lo generado. Los goles fueron de Luciatti, Magnín de penal y Becker. Descontó Sosa para la visita en el final cuando ya estaba todo definido.

Este era un partido que había que ganar y se ganó. Tigre se jugaba mucho, porque no sumar de a tres, significaba quedar un poco lejos en un torneo muy corto.

El partido fue de tramite parejo, sin demasiado y con mucho entusiasmo. Dicen que el que pega primera, pega dos veces y Luciatti se encargó de hacerlo. Gran salto, para un gran gol de cabeza en un momento muy oportuno. Cuando se estaba empezando a controlar el partido, llegó el error de Prieto. El defensor cometió un penal, que sirvió para el lucimiento personal de Marinelli. Esto agrandó al Matador que como si fuera poco, llegó al segundo sobre el final del primer tiempo con el penal convertido por Magnín.

En el complemento Dálmine mete muchas variantes, intentando acercarse en el marcado. Va con otro ímpetu, pero le faltó claridad. Si bien Tigre no inquietaba tanto, en una de las tantas aproximaciones, Becker llega al gol que definió el partido. Faltaban muchos minutos, pero la diferencia era indescontable. Dálmine tuvo el gol del honor con Sosa, aunque ya era todo, “cosa juzgada”.

La próxima cita es el lunes 21 ante Gimnasia en Mendoza y de más está decir que será otro partido decisivo. Un triunfo lo pondrá en la discusión grande por el ascenso y un mal resultado lo dejará con muchas preguntas. El equipo está bien, dio muestras de recuperación de la caída en Rafaela y promete dar pelea.