Cayó en Córdoba ante Belgrano por 2 a 1 y dejó la sensación del medio vaso lleno o vacío. Lleno porque se vio una actitud protagonista, ante un poderoso, de visitante y por momentos entusiasmó. Vacío, porque volvió a fallar y hasta groseramente en las áreas. Tuvo varias situaciones de gol y no las metió y prácticamente regaló los dos goles del local. Tiempo al tiempo.

Empezó el campeonato con una nueva sensación amarga. La misma sensación del torneo precedente.

Tigre por varios motivos tiene que ser candidato, sin embargo, sigue demostrando que puede ganar o perder con cualquiera. Es cierto que Belgrano y en su cancha, no es cualquiera, pero con poco le ganó un partido que pudo haber ganado con holgura, controlando el partido.

Sin entrar en la crónica detallada del partido, los 90 minutos dejaros sensaciones inequívocas de la realidad de los jugadores. El arquero pudo haber decidido distinto en el gol. No ir a buscar la pelota con tres defensores en ese sentido, regalándole la forma más simple de convertir. Los centrales con dudas, Zabala, Becker y Fernández intrascendentes y Enzo Díaz en su versión habitual que no hace preguntar ¿Qué le pasó a ese jugadorazo de Ferro? y párrafo aparte para Prediger y sus actitudes inentendibles… REGALÓ EL PARTIDO. También se pudo ver algo positivo en los rendimientos. Menossi, sin dudas, va a ser la bandera de este equipo, es distinto. Pablo Magnín, recuperó el gol en pocos minutos y González Metilli dio indicios de todo lo bueno que se habla de él.

Se debutó y se perdió. Las sensaciones se acrecientan y las negativas tapan las positivas porque se perdió, pero si la jugada clave del partido no hubiese sido el regalo de Prediger y el que se definía el partido hubiese sido un golazo de Enzo Díaz, esas mismas sensaciones serían ampliamente positivas.

En fin, tiempo al tiempo y a seguir trabajando. Esto recién empieza y no tengan dudas que, si este DT le encuentra la “vuelta de rosca”, TIGRE SERÁ PROTAGONISTA de la lucha por el ascenso.