Tigre necesitaba ganar y lo consiguió merecidamente. Fue el dueño del partido desde el minuto inicial y aunque le costó abrir el partido, termino goleando con el triplete de Pablo Magnín, ante un Riestra que terminó con dos expulsiones.

Fue un partido con propuestas muy claras. Tigre con la iniciativa, intentando con paciencia encontrar el gol con la pelota al pie, y del otro lado, un Riestra que se dedicó a esperar muy atrás, casi sin pensar en la contra.

La tendencia se fue acentuando con la primera e inexplicable expulsión de Gómez, quién de puro bruto, pegó una patada criminal. De tanto ir, Tigre tuvo chances de abrir el marcador. Menossi, Díaz y Magnín estuvieron cerca, de todas maneras, faltó un poco más de juego y claridad para que el gol caiga de maduro.

En el complemente llegó rápidamente la segunda expulsión y a partir de allí solo era esperar el primer gol del Matador. Se hizo esperar porque seguía faltando claridad y espacios, porque los 9 jugadores de la visita jugaban exclusivamente en en 35 metros. Parecía que se complicaba, pero el finito penal a Enzo Díaz, le abrió la llave de la felicidad a Magnín, que convirtió y abrió definitivamente un partido para la goleada. Lo consiguió con dos goles más de Magnín y pudieron ser un par más.

Con el triunfo Tigre se acomoda. Es cierto van solo dos fechas, pero es importante siempre estar cerca de los de arriba.

El próximo partido es ante Gimnasia de Mendoza el otro lunes a las 15.