A pesar que en una de las primeras se puso en ventaja, con gol de Tomás Fernández, el Matador fue una sombra y fue superado casi todo el partido por un rival que mereció más. Felipe Zenobio contuvo un penal y regaló el empate que cortó su récord de valla vencida. Llamada de atención para un equipo que ilusionó con un nivel que parece no encontrar.

Tigre no es el que fue en las primeras fechas y se nota en cancha. Hoy el rival se vio sorprendido por el gol tempranero de Tomás Fernández, pero reaccionó con temperamento y argumentos futbolísticos que hizo al Matador retroceder y casi que olvidarse de la generación de alguna contra. Lo mejor del partido fueron los centrales y la defensa en líneas generales, ya que, a pesar del dominio, Alvarado no generó situaciones claras. Pudo haber empatado en el penal que contuvo Zenobio, pero fue la única que el arquero se lució, más allá de dar seguridad.

En el complemento todo siguió igual y se veía venir el empate. Lamentablemente se produjo por un increíble gol regalado por el arquero, en una salida apresurada y con falta de distancia.

A partir del empate se equilibró un poco el trámite, pero siempre dio la sensación que los de Coyette estaban más cerca de los tres puntos.

En definitiva, se jugó muy mal y se rescató un punto. Se perdió la punta y hasta el segundo puesto, pero hay que tener en cuenta que Tigre tiene un partido menos, y virtualmente sería primero cuando el resto quede libre.

Una llamada de atención. Tigre no volvió a repetir rendimientos y mucho menos contundencia.

Se viene Estudiantes de Caseros y habrá que mejorar mucho para volver a ser el equipo que nos ilusionó.