Tigre no pasó del empate ante Atlanta, prácticamente quedó sin chances de luchar por el primer ascenso y comprometió hasta su lugar en el reducido. Mereció ganar, tuvo mala suerte, pero no mostró en cancha, ese amor propio, digno de los equipos que se juegan la vida por llegar al objetivo. Fue 0 a 0.

La primera sensación luego del final del partido, fue esa mezcla de desazón, dolor, impotencia e incredulidad por lo expuesto por el equipo. Atlanta se cayó a pedazos en el torneo y Tigre no pudo pasarlo por arriba. Fue mejor, buscó, pero careció de todos los extras necesarios de los equipos que hacen historia. No tuvo juego colectivo, no tuvo individualidades decisivas y no exhibió amor propio ni garra, aunque sea forzada por entender el contexto.

Lamentable última parte del torneo, para un entrenador cada vez más cuestionado, que no le encuentra la vuelta y que nadie entiendo su proceder con el la primera formación y los cambios. De todas maneras, hay que remarcar la gran cuota de responsabilidad de los jugadores que no refrendaron en el juego, lo que hicieron que sean incorporados al Matador, para conformar el “mejor plantel de la categoría” y muchos menos por los valores a pagar por ellos.

Hablar solo de las tres pelotas en el palo y la mala suerte que no ayuda, sería minimizar el gran problema de la situación actual. Este Tigre de Diego Martínez, en la parte final de la temporada, no está a la altura de lo espera y sinceramente, pensar en un ascenso, solo se puede hacer desde el optimismo del corazón y no, desde la realidad basada en la razón.

No está todo perdido, pero está casi perdida la primera chance. Difícil creer es una mejoría, cuando la estamos esperando desde la mitad de temporada. Lo único que uno puede imaginar para seguir soñando, es que esto es fútbol, que el fútbol son momentos y que el resto, no difiere mucho por lo que estamos atravesando.

La próxima fecha, será determinante; para seguir con posibilidades de reducido y si no, para la continuidad del entrenador, que hoy por hoy, tiene la imagen más baja desde su arribo al Matador.