El Matador le ganó a San Martín de Tucumán en la Ciudadela y se clasificó a la gran final por el primer ascenso ante Barracas Central. Fue 2 a 0 con goles de Pablo Magnín e Ijiel Protti.

El partido era una final y así se jugó. Dos de los mejores equipos de la temporada se enfrentaban en un mano a mano directo y entrar en un análisis exhaustivo desde lo futbolístico es no entender lo que se jugaban ambos. En líneas generales Tigre arrancó mejor, se arrimaba con peligro y San Martín lo fue emparejando a tal punto, que, sobre el final del primer tiempo, tuvo dos situaciones muy claras de gol. Solamente las grandes intervenciones de Gonzalo Marinelli le dieron vida a un Tigre que entraba en complicaciones.

En el complemento y con la necesidad a cuestas, el local era el que proponía. Fue lo mejor de San Martín y aunque no tenía profundidad, relegaba a Tigre a solo defender y a la espera de su oportunidad.

Así fue, en una de las pocas del complemento y en la primera de Pablo Magnín en todo el partido lo empezaba a ganar. Desborde y centro perfecto de Prieto, para que el goleador presentará credenciales de definición y abriera el marcador.

Luego de ello, el Santo Tucumano entró en la zona del todo o nada y metió todos jugadores ofensivos, regalando espacios para la contra. La verdad que casi no generó situaciones complicadas para Marinelli, pero el alivió llegó recién sobre el final. Prediger que recupera una pelota y habilita a un Magnín que recibe en campo propio y con la sola resistencia del arquero Arce. Lo termina eludiendo e hizo la pausa para esperar la compañía de Protti, para asistirlo y dejarlo de cara al pase a la red para definir la clasificación a la final de un Tigre, que desató el grito contenido de un partido muy chivo.

Ahora se viene la final y esa será otra historia.