Escribe: Hugo Caporale

Recorriendo la extensa geografía de nuestro país y compartiendo con emoción el crecimiento de nuestra divisa, llegamos a las cercanías de Villa Gesell

Esteban Somaracu, quien está radicado en Mar Azul nos contó que “Somos un grupo de hinchas Matadores que veíamos que se juntaban un montón de chicos en una canchita de arena. No tenían camisetas y eran muy humildes. Pero tenían mucho entusiasmo. Así que un día decidimos donarles camisetas y shorts de Tigre. Pensamos que quedaba ahí. Pero a los dos meses vinieron las madres a decirnos que querían armar un club y querían ser “Los Tigres de Mar Azul”.

Pasó la pandemia y los chicos seguían reuniéndose, así que el proyecto debía crecer” No encontramos quien los entrene, así que con Diego, otro fanático de Tigre, decidimos hacernos cargo. Formamos una Comisión Directiva y presentamos los papeles para constituirnos como club. La Municipalidad nos apoyó inmediatamente y estamos esperando la respuesta de La Plata. Nos invitaron a inscribirnos en los torneos locales. Queremos dar los pasos de manera paulatina. Jugamos los bonaerenses de futsal con las niñas y los de once con chicos y chicas. Acabamos de incorporar la primera y se sumaron jóvenes de unos 20 años de promedio. Nos prestaron una cancha de once. La idea crece y son como 120 chicos entre todas las categorías. Deportivo Tigre es una realidad”

“Somos tres o cuatro locos que amamos al club y ver la sonrisa de los chicos nos lleva a tener cada día más entusiasmo. Armamos torneos barriales con tres categorías. Entrenamos todos los días y esperamos tener el año que viene 4 categorías bien armadas y participar de la Liga” sentenció a manera de despedida.

Acompañar el esfuerzo y la dedicación de estos Matadores es un placer especial. Nos guía el entusiasmo de difundir el amor por los colores y transmitir el ejemplo que de la mano de la humildad prolifera en nuestras costas.