Escribe: Hugo Caporale

Hoy Ezequiel Fernández llega a la veintena. Los primeros partidos tuvo un gran desempeño. Tanto que después del partido con Barracas en Huracán nos enojamos porque Boca lo quería a mitad de año.

Su nivel empezó a bajar y solo tocaba para los costados y para atrás. La gente empezó a fastidiarse. Blondel llega y patea, Cabrera y Menossi patean y hacen goles y el Equi no muestra esos atributos.

Cuando eso sucede, pierde el club que lo presta y presiona para que juegue. Pierde el jugador que no muestra su nivel y se aleja de la posibilidad de progresar en su carrera y finalmente pierde el que lo tiene a préstamo porque está obligado a poner un jugador de bajo nivel y desmotivado.

Cuando eso ocurre puede suceder que el técnico le pida una función que no sienta. Un pibe de 20 años es caradura y desordenado. No tiene disciplina táctica ni hace lo que más le conviene al equipo. Si tiene técnica se manda para adelante y que queden todos los espacios a su espalda.

Equi recuperó el nivel en las últimas dos fechas. Llama la atención que el técnico siempre lo consideró un titular indiscutible.

Será cuestión de acostumbrarnos a ver a un jugador haciendo ese trabajo sucio que solo reconocerán los entrenadores o con la nueva función de Prediger tendrá más soltura para mostrar sus virtudes.
Feliz cumpleaños Equi.