Escribe: Hugo Caporale

Tigre remontó por segunda vez en cuatro días una diferencia de dos goles. En este caso para igualar en el Cilindro ante Racing que se mantiene invicto como local.

El único requisito incuestionable para analizar los partidos de Tigre es aceptar el estilo de su técnico. Aunque en plena conferencia declare “Claro que no me gustó que Boca me haga 5 y Madryn y Racing 3” su forma de jugar propone un juego de puntería.

Tigre salió a cambiar golpe por golpe con un desenfado inusual para quien visita a un rival de la talla de los dirigidos por Gago. Así como Castro y Blondel pudieron abrir el marcador, se expuso a cada avance local. Sin contención en la mitad de la cancha brindó los espacios para que Racing muestre el talento y la definición de sus jugadores.

Toda esa presión fue disminuyendo en la etapa complementaria y los cambios de Diego hicieron al Matador aún más ofensivo. Expuesto a una contra que nunca llegó, recibió el regalo del arquero albiceleste y se puso en partido.

Sobre el final, Retegui alcanzó la merecida igualdad y se incorporó a la cima de la tabla de goleadores. Tigre consiguió un punto por el cual hubiéramos firmado antes de empezar. Sería importante tener un plan B, ya que cada rival plantea una dificultad diferente. El éxito y el fracaso están separados por una línea muy delgada y Tigre debe minimizar errores si quiere continuar en la senda del éxito.