Tigre no tuvo un gran partido, pero con los goles de Blas Armoa y Facundo Colidio lo ganaba en Junín; sin embargo, sobre el final, se durmió en una pelota parada y se lo empataron.

Lamentablemente, no pudo repetir las actuaciones precedentes inmediatas y se le complicó en el arranque. Hoy la pelota parada en contra fue un suplicio. El arquero y los centrales sufrieron cada centro de Sarmiento y no dieron tranquilidad en los 90 minutos. Así llegó la apertura del marcador, centro punzante y Toledo anticipo a los centrales y el arquero en el área chica.

Por suerte, Tigre tiene un poderío importante cuando el equipo se engancha y así fue como llegó al empate de Armoa y la ventaja por intermedio de Colidio.

En el complemento, se esperaba que el Matador pueda aprovechar la contra cuando el local vaya a buscar desesperado el empate. No pudo ser, y si bien, Sarmiento no tuvo demasiadas ideas, la diferencia mínima y su insistencia, hicieron que el empate esté latente. Empate que llegó cuando Tigre tuvo dos hombres menos para defender un corner y otro se tiró ante un mínimo toque. Con esa ventaja, anticipo ofensivo, rebote capturado y gol de la igualdad.

En definitiva, sensaciones ambiguas. Bronca, porque estuvo a pocos minutos, lo tenía ganado y valoración del punto, porque no jugó bien y la defensa dio muchísimas ventajas.