Tigre cayó 2 a o en el arranque de la Copa Sudamericana. El equipo estuvo a la altura en el primer tiempo, pero se desplomó en el complemento y como siempre, no tuvo reacción.

Muchas expectativas y mucha ilusión del Pueblo Matador. La pretendida revancha se frustró en una noche que debía ser una fiesta y terminó en preocupación.

En la primera etapa se vio lo mejor del equipo de Diego Martínez. Tuvo presión e iniciativa, aunque en realidad se repartieron el dominio y las llegadas; convirtiendo a los arqueros en las figuras de sus equipos.

Inexplicablemente, el Matador fue una sombra en el segundo tiempo. Entró sumiso e irresoluto. Se dejó dominar por un rival que se decidió a ir a buscar el partido. Consiguió la apertura del marcador y desde ese momento, supo que el rival no tenía reacción y controlo el encuentro a su antojo. Fue dos a cero, porque no tuvo la intención de someter aún más a un Tigre absolutamente sin reacción.

Pasó el debut y las dudas e incertidumbre se acrecentaron. Los próximos partidos serán definitorios para un semestre que viene muy mal.