El equipo no levanta y sigue en picada. Ante Estudiantes parecía mejorar, pero luego del “grosero” error de Sánchez Miño, volvió a regalar el partido y lo padeció hasta el final.

Panorama negro de un presente desastroso. Ya no hay términos calificativos que describan esta situación, sin ser agresivos. Gorosito cambia y cambia piezas, pero nadie le responde; no le encuentra la vuelta. El argumento de un equipo nuevo y sin trabajo es valido, pero irrelevante al momento de ver actuaciones tan desagradables para el Pueblo Matador. Muchos equipos están en las mismas condiciones y Tigre es el peor de todos.

Son solo cuatro partidos y pocos confían en que el entrenador lo de vuelta. La bronca con la CD es cada día mayor y en cualquier momento explota.

Un arranque para el olvido y encima, la seguidilla de partidos “perdibles” ante rivales superiores, siguen y el futuro es incierto y muy, muy preocupante.