Trabajado y muy festejado triunfo de Tigre ante Banfield. Sin brillo, pero con un compromiso admirable, mereció lo que obtuvo por el gol de Ignacio Russo.

Si el futbol no aparece, aparece lo innegociable: el compromiso a matarse por el equipo. Mucha concentración y una solidez que hace mucho no se ve en Victoria. Lo ganó por el gol de Nacho Russo, pero lo ganó por cada uno de los jugadores que se brindaron al máximo y pusieron el alma hasta la última pelota.

Desde la premisa de hacerse fuerte de local y sumar de visitante como en Mendoza, el equipo se ve puntero y eso tiene un valor inconmensurable, de cara al gran objetivo de no sufrir en la lucha por mantener la categoría.